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0Era un día como cualquier otro en la oficina, cuando mi jefa me pidió favor que llevará una expedientes al otro lado de la ciudad y que cuando regresará tendría un premio que iba mucho más allá de la empresa, así que al llegar la hora de la salida me dijo que la acompañará.
Fue así como llegamos a un hotel en donde la chica me ofreció la mamada de mi vida, y tras ello me exigió que le reventará el culo de una forma salvaje y lo más intenso que podría haberselo hecho.
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